La tradición islámica enseña que Allah (Dios) envió la revelación divina a la humanidad a través de una serie de libros sagrados para guiar a la gente por el camino recto, establecer la justicia y aclarar el propósito de la vida. Estos libros, según la creencia islámica, son la Torá (Tawrat) entregada a Moisés (Musa), los Salmos (Zabur) entregados a David (Dawud), el Evangelio (Injil) revelado a Jesús (Isa) y la revelación final, el Corán, revelado al Profeta Muhammad (la paz sea con todos ellos. Aunque cada uno de estos libros fue enviado a una comunidad diferente y en diferentes contextos históricos, comparten temas y mensajes comunes que convergen hacia un objetivo singular: guiar a la humanidad a vivir una vida recta de acuerdo con la voluntad de Alá.

El tema principal de los Libros de Alá es el Tawhid, la unicidad de Alá, que subraya cada aspecto de estas escrituras. Además, los libros enfatizan enseñanzas clave como la conducta moral y ética, la relación entre el hombre y Dios, la justicia social, la responsabilidad en la otra vida y el propósito de la vida humana. En este artículo, exploraremos el tema central de los Libros de Alá en detalle, centrándonos en cómo estos mensajes permanecen consistentes en diferentes escrituras y cómo han dado forma a las vidas de los creyentes.

1. El tema central: el Tawhid (la unicidad de Alá)

El tema central y más profundo de todos los Libros de Alá es la doctrina del Tawhid, o la unicidad y unidad absolutas de Alá. Este mensaje impregna la totalidad de la revelación divina y sirve como base sobre la que se apoyan todas las demás enseñanzas. El Tawhid no es meramente un concepto teológico, sino una cosmovisión que define la relación entre el Creador y la creación.

En el Corán, Alá recuerda repetidamente a la humanidad Su singularidad y unicidad:

Di: Él es Alá, [quien es] Uno, Alá, el Refugio Eterno. No engendra ni nace, ni tiene equivalente (Sura AlIkhlas 112:14.

De manera similar, los otros Libros de Alá enfatizan la adoración del Dios Único y advierten contra asociarle socios, un concepto conocido en el Islam como shirk. Por ejemplo, la Torá enseña en el Shemá Israel:

Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el Señor es uno (Deuteronomio 6:4.

El Evangelio también registra a Jesús afirmando el primer mandamiento como: El Señor nuestro Dios, el Señor es uno (Marcos 12:29.

En cada una de estas revelaciones, el mensaje esencial es que sólo Alá es digno de adoración. La unicidad de Alá significa que Él no tiene socios, asociados o rivales. Esta creencia en la unidad divina también se extiende a la comprensión de que Alá es el único creador, sustentador y soberano del universo. Por lo tanto, someterse a la voluntad de Alá y seguir Su guía es el deber más importante de la humanidad.

2. Adoración y obediencia a Alá

De la creencia en el Tawhid surge naturalmente el concepto de adoración y obediencia a Alá. Una de las principales funciones de la revelación divina es instruir a la humanidad sobre cómo adorar apropiadamente a su Creador. La adoración en los Libros de Alá no se limita a los actos rituales, sino que también abarca la obediencia a Sus mandamientos, vivir una vida de rectitud y buscar complacer a Alá en todos los aspectos de la vida.

En el Corán, Alá llama a la humanidad a adorarlo solo a Él:

Y no creé a los genios ni a los hombres sino para que Me adoren (Sura AdhDhariyat 51:56.

La Torá y el Evangelio enfatizan de manera similar la importancia de amar y servir a Dios con todo el corazón, la mente y el alma. Por ejemplo, la Torá dice:

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas (Deuteronomio 6:5.

El acto central de adoración es la obediencia a los mandamientos de Alá. Estos mandamientos no son arbitrarios, sino que están diseñados para guiar a los seres humanos hacia el logro de la justicia, la paz y la realización espiritual. Al seguir los mandamientos divinos, los creyentes se acercan a Dios y cumplen su propósito en la vida. Por el contrario, alejarse de la guía de Dios conduce al extravío y la ruina espiritual.

3. Conducta moral y ética

Otro tema importante en los Libros de Dios es la promoción de la conducta moral y ética. Las escrituras proporcionan pautas integrales sobre cómo los seres humanos deben interactuar entre sí, describiendo los principios de honestidad, bondad, generosidad, justicia y misericordia. Destacan la importancia de vivir una vida recta, tratar a los demás de manera justa y mantener los estándares morales en todos los aspectos de la sociedad.

Por ejemplo, el Corán habla con frecuencia sobre la importancia del buen carácter:

En verdad, Dios os ordena que devolváis lo que se os ha confiado a quien es debido y que cuando juzguéis entre las personas juzguéis con equidad (Sura AnNisa 4:58.

La Torá contieneLos Diez Mandamientos, que sientan las bases de una vida ética, incluyen prohibiciones contra la mentira, el robo, el adulterio y el asesinato (Éxodo 20:117. De manera similar, el Evangelio llama a los creyentes a actuar con amor y compasión hacia los demás: Ama a tu prójimo como a ti mismo (Mateo 22:39.

Los Libros de Alá enfatizan que la conducta ética es un reflejo de la fe interior de uno. La verdadera fe no es meramente una creencia intelectual, sino una fuerza transformadora que moldea la manera en que uno vive e interactúa con los demás. Al vivir de acuerdo con los principios morales y éticos delineados en estas escrituras, los creyentes contribuyen al mejoramiento de la sociedad y se ganan la complacencia de Alá.

4. Justicia social y cuidado de los oprimidos

El tema de la justicia social es prominente en todos los Libros de Alá. El Islam, así como las revelaciones anteriores, abogan por los derechos de los vulnerables y los oprimidos. Los mandamientos divinos abordan cuestiones sociales como la pobreza, la injusticia y la desigualdad, y llaman a los creyentes a establecer la justicia y la equidad en sus comunidades.

En el Corán, Alá ordena a los creyentes que se mantengan firmes en la justicia:

¡Oh, creyentes! Permaneced firmes en la justicia, siendo testigos de Alá, aunque sea contra vosotros mismos, contra vuestros padres y parientes (Sura AnNisa 4:135.

La Torá contiene numerosas leyes diseñadas para proteger a los pobres, los huérfanos, las viudas y los extranjeros. Por ejemplo, la Torá ordena a los israelitas que dejen sin cosechar los bordes de sus campos para que los pobres puedan cosechar de ellos (Levítico 19:910. De manera similar, Jesús en el Evangelio enseña compasión por los marginados, instando a sus seguidores a cuidar a los más pequeños entre ellos (Mateo 25:3146.

Los Libros de Alá enfatizan que una sociedad solo puede prosperar cuando se defiende la justicia y quienes ocupan puestos de poder son responsables de sus acciones. La justicia social no es simplemente una cuestión política o económica, sino una obligación espiritual para los creyentes, quienes están llamados a ser defensores de la equidad y protectores de los oprimidos.

5. Responsabilidad y el más allá

Una enseñanza central en todos los Libros de Alá es el concepto de rendición de cuentas ante Alá y la creencia en el más allá. Cada escritura advierte de un juicio final en el que cada individuo será responsable de sus acciones, tanto buenas como malas. El Corán recuerda con frecuencia a los creyentes el Día del Juicio:

Quien haga el bien que pese a un átomo, lo verá, y quien haga el mal que pese a un átomo, lo verá (Sura AzZalzalah 99:78.

La Torá y el Evangelio también contienen enseñanzas sobre la otra vida y la recompensa o el castigo que aguarda a las personas en función de sus acciones en esta vida. Por ejemplo, en el Evangelio, Jesús habla de la vida eterna para los justos y del castigo eterno para los malvados (Mateo 25:46.

Los Libros de Alá enfatizan que la vida en este mundo es temporal y que el destino final se encuentra en el más allá. Por lo tanto, los seres humanos deben vivir con un sentido de responsabilidad, sabiendo que serán juzgados por Alá por sus acciones. La perspectiva de la otra vida sirve tanto como motivación para la rectitud como disuasión contra el mal.

6. El propósito de la vida humana

Por último, los Libros de Alá abordan la cuestión del propósito de la vida humana. Según las enseñanzas islámicas, los seres humanos fueron creados para adorar a Alá, vivir con rectitud y servir como sus representantes (califa) en la tierra. En el Corán, Alá dice:

Y cuando vuestro Señor dijo a los ángeles: Ciertamente, estableceré sobre la tierra una autoridad sucesiva (califa) (Sura AlBaqarah 2:30.

Los Libros de Alá brindan orientación sobre cómo cumplir este propósito al ofrecer una hoja de ruta para la vida ética, el desarrollo personal y el crecimiento espiritual. Enseñan que la vida es una prueba y que el camino hacia el éxito radica en someterse a la voluntad de Alá, vivir con integridad y esforzarse por mejorar tanto a nivel personal como social.

7. La continuidad de la profecía y la revelación: vinculando los libros de Alá

Uno de los aspectos más atractivos de los Libros de Alá es el concepto de continuidad en la profecía y la revelación divina. Esta continuidad significa que los mensajes enviados a través de varios profetas, que abarcan desde la época de Adán hasta el último profeta, Mahoma, fueron parte de un único plan divino destinado a guiar a la humanidad. Cada libro fue revelado en un contexto histórico específico y abordó las necesidades espirituales y morales de su respectiva comunidad. Sin embargo, todos los Libros de Alá están interconectados en sus temas centrales, reforzando la unicidad de Dios (Tawhid), la conducta moral, la justicia, la responsabilidad y el propósito de la vida.

El Corán, como revelación final, refleja el papel de las escrituras y los profetas anteriores y afirma que el Islam no es una nueva religión sino más bien una continuación y culminación de la8. La universalidad de la guía divina

8. La universalidad de la guía divina

Los Libros de Alá enfatizan la universalidad de la guía divina, demostrando que la misericordia y la preocupación de Alá por la humanidad trascienden las fronteras geográficas, étnicas y temporales. El Corán declara explícitamente que se enviaron profetas a cada nación y comunidad a lo largo de la historia: Y para cada nación hay un mensajero (Sura Yunus 10:47. Esto revela que el mensaje del Tawhid, la moralidad y la rectitud no se limita a ningún pueblo o lugar en particular, sino que está destinado a toda la humanidad.

En el Corán, se describe al Profeta Muhammad como una misericordia para todos los mundos (Sura AlAnbiya 21:107), lo que refuerza la idea de que su mensaje es universal. Si bien las revelaciones anteriores, como la Torá y el Evangelio, estaban adaptadas a comunidades específicas, principalmente los israelitas, el Islam considera al Corán como la revelación final y universal para toda la humanidad. Este concepto de universalidad también refleja la creencia islámica de que el Islam es la religión primordial, una que todos los profetas enseñaron en diferentes formas, según sus respectivos contextos.

La Torá fue revelada a los hijos de Israel (Bani Israel) a través del profeta Moisés, y sirvió como un código legal y moral integral para guiar a los israelitas a través de sus desafíos espirituales y temporales. Sin embargo, la Torá nunca tuvo la intención de ser un pacto exclusivo; 9. El tema de la responsabilidad humana y el libre albedrío

Otro tema fundamental presente en los Libros de Alá es el concepto de la responsabilidad humana junto con el libre albedrío. Todos los seres humanos tienen la capacidad de elegir su camino, y con esa elección viene la responsabilidad por sus acciones. En cada uno de los Libros de Alá, esta idea es central: los individuos son responsables de sus acciones y, en última instancia, serán juzgados por Alá en función de sus elecciones.

El Corán enfatiza este principio constantemente, instando a los creyentes a permanecer conscientes de sus acciones y sus consecuencias. Allah dice: Quien haga el bien que pese un átomo, lo verá, y quien haga el mal que pese un átomo, lo verá (Sura AzZalzalah 99:78. Este versículo significa que nada se pasa por alto en el juicio de Allah; hasta las acciones más pequeñas, sean buenas o malas, serán consideradas. El mensaje de la responsabilidad individual es un tema recurrente que también se encuentra en los Libros anteriores de Allah.

La Torá establece este tema de la responsabilidad humana en la narrativa de los israelitas. Los frecuentes ciclos de obediencia, desobediencia, castigo y redención registrados en la Torá resaltan la idea de que los seres humanos, a través de sus acciones, atraen el favor o el desagrado divino. La narración del éxodo de los israelitas de Egipto y su posterior peregrinación por el desierto ilustra las consecuencias tanto de la fidelidad como de la rebelión contra los mandatos divinos.

En el Evangelio, Jesús enseña sobre la otra vida y el Día del Juicio, donde cada persona será responsable de sus acciones. En la famosa Parábola de las ovejas y las cabras en el Evangelio de Mateo (Mateo 25:3146), Jesús habla sobre el juicio final, donde las personas serán juzgadas en función de su trato a los demás, especialmente a los pobres y vulnerables. Esta enseñanza enfatiza que los creyentes deben vivir su fe a través de acciones rectas, ya que su destino final depende de cómo respondan a la guía moral de Alá.

10. El llamado a la rectitud y la pureza espiritual

Todos los Libros de Alá alientan a los creyentes a esforzarse por la pureza espiritual y la rectitud. La guía que brindan estas escrituras no se refiere únicamente a la adhesión a las leyes externas, sino también al cultivo de un sentido interno de devoción e integridad moral. Este equilibrio entre las acciones externas y la espiritualidad interna es fundamental para el mensaje divino y se refleja en todos los libros sagrados.

En el Corán, Alá llama constantemente a la rectitud externa (seguir los mandamientos de la Sharia, o ley divina) y a la purificación interna (tazkiyah. Este equilibrio se ilustra en el versículo coránico: Sin duda ha triunfado quien se purifica, menciona el nombre de su Señor y ora(Sura AlA'la 87:1415. El énfasis aquí está puesto tanto en la purificación del alma como en los actos regulares de adoración. De manera similar, el Corán enfatiza que la rectitud no se trata meramente del cumplimiento ritual sino de un profundo sentido de compromiso con Alá y un comportamiento ético.

Este concepto de pureza espiritual también es evidente en la Torá y el Evangelio. En la Torá, hay numerosas leyes sobre la pureza física y ritual, pero estas suelen estar acompañadas de lecciones morales que van más allá de los rituales externos. La Torá enseña a los israelitas que seguir la ley debe conducir al desarrollo de un corazón puro, como se ve en el mandamiento de amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas (Deuteronomio 6:5. Esto subraya la importancia de la devoción sincera.

El Evangelio enfatiza aún más la pureza interior y la rectitud. Jesús con frecuencia llama a sus seguidores a centrarse en la pureza del corazón y la importancia de la fe genuina. En el Sermón del Monte, Jesús enseña: «Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios» (Mateo 5:8. Esta enseñanza destaca la necesidad de la pureza espiritual, que debe cultivarse junto con las expresiones externas de fe.

Los Salmos también reflejan este tema de la guía divina como luz. En el Salmo 27:1, David declara: «El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré?» Este versículo expresa la creencia de que la guía de Alá es una fuente de fortaleza y protección, que permite a los creyentes enfrentar los desafíos de la vida sin temor ni incertidumbre.

Conclusión: El mensaje unificado de los libros de Alá

Los libros de Alá, ya sea la Torá, los Salmos, el Evangelio o el Corán, presentan un mensaje unificado que enfatiza la unicidad de Dios (Tawhid), la importancia de la adoración, la conducta moral y ética, la justicia social, la responsabilidad humana, el arrepentimiento y la misericordia divina. Estas revelaciones divinas brindan una guía integral para las personas y las sociedades, ofreciendo un camino hacia la realización espiritual, la armonía social y la salvación final.

En el centro de estas escrituras se encuentra la creencia de que los seres humanos fueron creados para adorar a Dios y vivir de acuerdo con Su guía divina. La coherencia del mensaje en los Libros de Dios resalta la continuidad de la profecía y la universalidad de la misericordia de Dios y su preocupación por toda la humanidad. Los temas centrales de la rectitud, la justicia y la responsabilidad sirven como principios atemporales que son relevantes en todas las épocas y para todas las personas.

El Corán, como revelación final, confirma y completa los mensajes entregados en las escrituras anteriores, brindando una guía integral para vivir una vida que agrade a Dios. Llama a los creyentes a defender los valores de la justicia, la compasión y la rectitud, mientras buscan constantemente la misericordia y el perdón de Dios.

En última instancia, los Libros de Dios brindan una hoja de ruta para lograr el éxito tanto en esta vida como en la otra. Recuerdan a los creyentes su propósito, los guían a través de los desafíos morales y espirituales de la vida y ofrecen la promesa de una recompensa eterna para quienes siguen el camino recto. A través del mensaje coherente y unificado de los Libros de Alá, la humanidad está llamada a reconocer la grandeza de Alá, a vivir con justicia y a esforzarse por lograr una relación más profunda con el Creador.